El buceo, cómo bien sabes es una
actividad de riesgo en la que el cuerpo está sometido a un ambiente hiperbárico
dónde el corazón tiene que trabajar más que si estuviera en una atmósfera de
presión. Sabemos que en un descenso, cada 10 metros que avanzamos, la presión
aumenta una atmósfera, lo que significa que el corazón necesita realizar un
esfuerzo mayor para hacer su trabajo.
Debido a esta situación, podría
ocurrir que corazones con lesiones previas, sometidos a estas condiciones, se
diera el caso de una parada cardíaca, y es aquí dónde adquiere una importancia
relevante que todos los buceadores sepamos aplicar y realizar el soporte vital
básico (SVB).
Pero, no sólo adquiere importancia
en el buceo, sino también en la vida diaria, en Europa, cada año, miles de
hombres y mujeres sufren un colapso y mueren de ataques al corazón. A menudo su
muerte se podría haber evitado si se hubiese realizado inmediatamente la resucitación
cardiopulmonar (RCP).
Si se produce una parada cardíaca
(el corazón deja de latir), iniciar rápidamente las compresiones torácicas y
las respiraciones de rescate puede doblar las posibilidades de supervivencia de
la víctima.
La parada cardíaca es un problema
de primera magnitud para la salud pública, el 80% de las paradas cardíacas
inesperadas extra-hospitalarias son debidas a una enfermedad coronaria y el 50%
de la mortalidad por enfermedad coronaria se produce como muerte súbita y a día
de hoy la enfermedad coronaria representa la primera causa de mortalidad en
España, según las últimas estadísticas que tenemos, al año se producen 24.500
paradas cardíacas en España, es decir 1 cada 20 minutos.
La reacción ante una parada del
corazón (IAM) durante los primeros minutos es vital, por cada minuto que se
retrase en practicar la resucitación cardiopulmonar (RCP) las posibilidades de supervivencia
de la persona afectada disminuyen considerablemente, por lo que la mortalidad
por paradas cardíacas se reduciría considerablemente si las personas reciben atención
en los primeros minutos de la parada.
Realizar un curso de soporte
vital básico (SVB) nos permite dar una respuesta rápida ante una parada
cardíaca, ya sea en alguna actividad de buceo o en cualquier otra situación que
nos podamos encontrar en el día a día, conocer el sistema de emergencias,
conocer las acciones elementales para actuar en las emergencias graves, tanto en adultos, como en menores y en bebés, y poder
realizar la resucitación cardiopulmonar (RCP) y dar la atención necesaria hasta
que lleguen los profesionales respectivos para poder darle la atención
necesaria.
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